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viernes, 28 de enero de 2011

Confusos juegos de amor - Cap 12




El pacto

La noche transcurrió muy amena, como ya era costumbre, Edward apareció en mis sueños. Todavía era tiempo que no asimilaba el hecho de mi noviazgo con Edward, seguía sonando un poco raro.

Decidí que era tiempo de levantarme cuando la cama lastimaba mi espalda, aun en pijama baje a la cocina, observé el reloj central el cual marcaba las 10:30 a.m., comencé a sacar de la nevera un poco de leche y las cosas necesarias para hacer panqueques con sabor a vainilla, los favoritos de Emmett y Edward, aunque el no estaba aquí para desayunar, no podía sacármelo de la mente. Cuando la mezcla estuvo lista no pude evitar probarla, mala idea.

- ENANA-

Mi dulce hermano decidió que era un buen momento para asustarme, la cucharada de mezcla que viajaba hacia mi boca resbaló a medio camino e hizo un tremendo batidillo con mi pijama.

- ¡Emmett, ¿Qué demonios sucede contigo? –

- lo siento, no pude evitar hacer la maldad –

- alcánzame una cuchara y sigue mezclando mientras voy a cambiarme –

- ¿vas a hacer panqueques de Vainilla? –

- ese era el plan –

Mi hermano tomo mi lugar en la cocina mientras yo me dirigía a mi habitación para recoger un poco de ropa y poder tomar una ducha.

Después de la relajante ducha caliente, me puse unos pantalones de mezclilla azules entubados hasta los tobillos y una playera pegada al cuerpo morada de encaje, ya que me encontraba en mi casa decidí ponerme unas sandalias moradas sin plataforma, no me maquille y deje mi cabello suelto, un típico sábado en casa.

Era momento de bajar si es que quería acabar con el desayuno hoy, además de que Emmett no resistirá mucho en la cocina. Bajé hacia la cocina, cuando entré estaba todo en orden, gracias al cielo.

- enana, pensé que me ibas a dejar horas meneando esta cosa –

- eso seria un delito –

- ahora es mi turno de ducharme, ¿falta mucho para que estén? –

- no mucho, en cuanto estés listo, bajas –

- tenlo por seguro –

Mientras escuchaba el terremoto Emmett pasar por el segundo piso, me dedique a terminar el desayuno, no tarde demasiado y coloqué la mesa con los panqueques el en centro, hice un poco de café para acompañar, estaba por tomar mi lugar cuando el timbre de l entrada sonó.

- ya voy –

No me esperaba lo que se encontraba detrás de la puerta, Alice y Edward, genial y yo sin arreglarme, debía aprenderle un poco a Alice, ahora que tenia novio.

- chicos, ¿Qué hacen aquí tan temprano? –

- aquí mi hermano, tenia tantas ganas de verte que decidí traerlo –

- pasen –

Alice me dio un beso en la mejilla como saludo pero Edward me abrazó fuertemente y me besó en los labios, se podría decir que el tiempo se detenía cuando me besaba y esta no fue la excepción.

- Edward, ¿creí que habíamos dejado claro tu comportamiento con mi hermana si yo estaba enfrente? –

- déjalos Emmett, llevan un día de novios y no le hacen mal a nadie –

- es fácil para ti Alice, te toco el hermano y no la niña –

Esta conversación estaba logrando que me sonrojara mucho por l oque decidí darle fin.

- chicos ¿ya desaguaron?, hay panque que de vainilla en la cocina –

- hiciste panqueques de vainilla amor, yo si quiero –

- ¿amor? –

Alice y mi hermano no podían evitar preguntar por que el uso de la palabra amor pero no recibieron respuesta de nuestra parte.

Todos tomamos lugar en la mesa comenzamos a comer, o en el caso de mi hermano a devorar, el desayuno.

- bella, también vinimos por ti, vamos de compras para lo de esta noche, no te preocupes no es ropa, Esme me mando a hacer la lista del súper –

- menos mal, ya me estaba espantando –

- que bueno que vengan por mi hermana, no quería dejarla sola toda la mañana y parte de la tarde –

- descuida Emm, la mantendremos ocupada –

Después de desayunar, Edward y yo lavamos los platos y los acomodamos en su lugar, Emmett no tardó en irse y nosotros tampoco.

No tardamos mucho en llegar al súper mercado, Edward y yo nos bajamos del coche de Alice pero ella no.

- que se la pasen bien chicos, me llaman cuando terminen con la lista y pasó a recogerlos –

Alice se fue dejándonos a Edward y a mí en la puerta principal del súper.

- ¿por que presiento que esto era planeado Edward? –

- no lo tomes a mal, sólo quería pasar tiempo contigo –

Tomó mi mano entre las suyas y entramos al supermercado, el tomó una canasta con su mano libre mientras que con la otra envolvía mi cintura, fuimos consiguiendo las cosas de la lista una por una, no llevábamos ni una hora cuando terminamos con ella.

- Edward, todavía no me quiero ir –

- yo tampoco, estando contigo a solas, es difícil que me quiera ir –

- ¿Qué tal si vamos al área de libros, tengo ganas de agregar uno nuevo a mi colección –

Edward me besó e la frente y asintió.

Cuando entramos a dicha área mis ojos enfocaron un libro que llevaba buscando casi medio año, no lo había encontrado en ninguna librería y lo vine a encontrar aquí, me solté del agarre de mi novio y Salí corriendo hacia dicho libro, lo tomé entre mis manos, parecía una niña pequeña dando saltitos de alegría.

- así que, me cambias por un libro, ¿tan malo soy? –

- claro que no mi niño, pero este libro lo llevo buscando demasiado tiempo y mira donde lo vengo a encontrar –

- obviamente lo llevas –

- no lo creo, no traigo dinero –

Mi novio tomó el libro de cumbres borrascosas de mis manos y lo colocó en la canasta.

- soy tu novio, puedo comprarte lo que sea sin reproche –

- eso se me hace injusto –

- a mi no, yo quiero regalártelo –

No pude evitarlo, tire de su camisa para poder besarlo, el no puso resistencia, dejó la canasta en el suelo y me abrazó por la cintura, estábamos apunto de profundizar el beso cuando unos aplausos nos sacaron de la ensoñación.

- Bravo, pero que espectáculo están dando ustedes dos –

-¿princesita, tu en un supermercado? –

- soy una persona Bella, también tengo necesidades –

- ¿que quieres Tanya, por que nos interrumpes a mi novia y a mi? –

- tu novia Edward, se te llena la boca al decirlo ¿no?, pues no te acostumbres, recuerda tu pacto –

- de que pacto esta ablando Edward –

- ¿Por qué no le cuentas a tu noviecita lo que pasó entre nosotros Edward?, ella tiene derecho a saber –

- esfúmate Tanya, tu y yo no tenemos nada que ver –

- o yo creo que tenemos mucho que ver Edward, disfrútalo mientras puedas Bella, no lo tendrás a tu lado por mucho tiempo –

- déjala en paz Tanya, ella no tiene nada que ver en esto, entiéndelo, tu y yo no tenemos futuro juntos –

- Edward, si no le cuentas a Swan nuestro pacto, tendré que hacer que papá hable de nuevo con Carlisle –

- mi padre me apoya, no hice nada malo –

- repito Edward, si no le dices a tu querida noviecita acerca del pacto, lo haré yo –

Tanya se marchó echando humo por los oídos, ¿de que pacto estaban ablando?, esto l o tendría que averiguar.

- ¿Edward, que insinuaba Tanya? –

- nada importante amor, vamos a pagar todo esto y nos vamos, ¿te parece? –

Solo asentí como respuesta, mas tarde tendría que volver a preguntarle, no me podía quedar con la duda.

Después de pagar las cosas, llamamos a Alice para que viniera por nosotros, en lo que esperábamos, Edward y yo tomamos un helado e la acera, no quería volver a tomar el tema del pacto por temor a que se molestar asi que solo lo abrasé.

- Edward, te amo y lo sabes, no dejes que Tanya te perturbe, yo nunca dudaría de ti –

- a veces pienso que eres demasiado buena para mi Bella –

- no tanto –

El empezó a reír, ese era un paso para que olvidara lo sucedido. Alice llegó por nosotros y me llevó hasta mi casa, mi novio me acompañó hasta la puerta.

- Bella no creas ni una sola palabra de lo que te diga Tanya –

- descuida Edward, no lo planeaba hacer –

- te amo Bella –

- y yo a ti Edward –

Me dio un suave beso en los labios.

- paso por ti a las ocho –

- te veo entonces –

Observé como el auto de Alice se alejaba por el norte, entre a mi casa y me derrumbe en el sillón, ¿Por qué Edward le tenia tanto miedo a lo que podría decirme Tanya? No pude seguir pesado por más tiempo, mi celular sonó.

- aquí Bella, ¿Quién habla? –

- soy Tanya, escucha y no hables, se que Edward no va a tener el valor para contarte lo del pacto pero le daré tiempo, si dentro de un mes no te ha dicho nada yo te lo contare, si Edward y tu llegan a cumplir el mes juntos, te juro que me alejo de ustedes y dejo este tema por la paz, pero no pienso dejártela tan fácil Swan, mis razones por las que Edward tiene que estar a mi lado son fuertes y tu lo veras –

- confió en Edward princesita, se que el no miente –

- esa confianza no durara por mucho, si es que el te cuenta de nuestro pacto, no lo creo capas, a la larga te lo vendré diciendo yo –

La muy maldita colgó, era tanta mi frustración que me puse a llorar del coraje, Tanya no lograría hacerme dudar de Edward, de eso me encargaría yo, tenia que prepararme para una cena, haría como que este pequeño incidente nunca ocurrió, yo quería que Edward estuviera tranquilo y si para eso tenia que olvidarme del maldito pacto, lo haría.

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