Un mes sin problemas
Bella PROV
Hoy era sábado y cumplía un mes de noviazgo con Edward, se que había cambiado mucho con el pero, me sentía un poco traicionada por el, no podía evitarlo.
Tanya se dirigía a mi con una nota de cariño en su vos que nunca creí volver a escuchar, todavía no era digna de mi confianza pero si notaba un leve cambio en su forma de ser.
Natalia era una historia diferente, fría como siempre, no pasaba de un saludo obligado y la desaparición el resto del día, llegué a pensar si nos dejaría plantados hoy, se supone que tenemos el ensayo en su casa y nos recogería en la universidad.
- Enana, Edward esta en la cocina, ya me voy por que no quiero ver cursilerías –
- esta bien Emm, no estaré en todo el día, tal vez te vea hasta la noche –
- ni creas Isabella Swan, te quiero en casa temprano, tal vez seas mayor de edad pero vives conmigo y yo tengo reglas –
- pues yo se me cuidar sola y me conoces bien, nunca llegó tarde –
- pues no conozco muy bien la faceta de "Isabella con novio" –
Se escucharon los pasos de Emm alejándose. Traía puesta una blusa de manga larga color negra, con azul en los bordes, y un pantalón deportivo, quería estar lo mas cómoda posible si pasaría todo el día rodeada de instrumentos, recogí mi cabello en un trenzado pegado al cráneo y me maquille un poco, después de todo era un día especial.
- sencillamente hermosa –
Uno de los pendientes que traía e mi mano resbaló, Edward se encontraba en la puerta con una manzana en su mano derecha y su mirada fija en mi.
- se supone que debe estar en la planta baja, ¿Qué diría mi hermano si nos viera? –
- no dirá nada por que no se enterará –
Se adentró en mi habitación y tomó el pendiente que se había resbalado de mi mano, me lo dio y se alejó unos pasos para mirarme.
- deja de hace eso Edward –
- ¿hacer que? –
- mirarme de esa manera, haces que me ponga nerviosa –
- enserio –
Una sonrisa burlona apareció en sus labios, lo cual me encanto, sin querer había echo un cumplido de su agrado.
- en realidad subí, por que es parte de una sorpresa, cierra los ojos –
- mmm, lo are solo por que confió en ti, e tenido malas experiencias con esto, la ultima vez, Emmett me dio un trotazo en la cara. –
- esto será mejor, pero necesito que cierres los ojos –
No proteste mas e hice lo que me pidió, sentí sus manos recorrer mis brazos y rodear mi cuello, también sentí algo frió en la altura de mi pecho, un leve beso entre mi cuello y hombro hizo que me estremeciera.
- listo, abre los ojos –
Los abrí lentamente, teniendo a Edward frente a mi, sonreía de una manera picara y soñadora, me guió hacia el espejo tomándome por los hombros y girándome, de manera que el quedó tras de mi. Esto me pareció muy extraño, empecé a examinar mi cuerpo en busaca de respuestas y las encontré alrededor de mi cuello, una fina cadena de aros con pequeñas incrustaciones le abrían paso a un relicario delgado en forma de corazón, lo tomé entre mis manos y dibuje su contorno.
- es hermoso, ¿no?, le perteneció a mi habuela, la mamá de Esme, pero ábrelo que la sorpresa no acaba aquí –
¿Qué demonios estaba diciendo?, me acababa de dar una reliquia de su familia y no era toda la sorpresa.
Tome y abrí un pequeño seguro en la esquina superior derecha, tire suavemente de el lo cual abrió paso a una hermosa fotografía mía y de Edward, cuando teníamos doce años, era la misma foto del piano, solo que centrada hacia nuestros rostros, en la tapa de enfrente venía una inscripción.
"el regalo mas grande es una amistad duradera, pero que maravilloso es cuando la amistad le abre paso al amor" E.Y.B"
Era demasiada mi felicidad que una lagrima se abrió camino por mi mejilla izquierda, no llegó hasta mis labios por que Edward la limpió con sus labios.
- Bella, tomare esa emoción como respuesta afirmativa de que te gustó –
- es hermoso mi amor, claro que me gusto –
Lo abrasé lo mas fuerte que pude y le di un largo y dulce beso en los labios que el no tardó en responder.
- si así reaccionas con las sorpresas, me vas a comer vivo hoy –
- pues antes de que te coma, tengo que darte algo –
Corrí hacia mi closet, entubé moviendo cosas hasta que di con una pequeña cajita azul.
- este es un pequeño regalo –
Edward PROV
Mi Bella caminaba hacia mi con una pequeña cajita azul, pensé que no me regalaría nada, es decir, solo cumplíamos un mes, no era para tanto.
Tomé la caja entre mis manos y la abrí con suma paciencia, tratado de parecer lo mas tranquilo posible, deshice el pequeño moño, quite la tapa, lo primero que encontré era una carta, sentía tanta curiosidad pero una mano me la quito.
- no la leas aquí, cuando estés solo la abres –
No le di mucha importancia, Bella la colocó en uno de los bolsillos de mi mochila, lo
Siguiente que había en la caja era un gato pardo de peluche, no pude evitar reír, Bella me decía gato pardo cuando la defendía de los niños en la escuela, y por lo visto no lo había olvidado.
- el peluche te tiene un regalo –
La mire un poco extrañado, ella solo lanzó una mirada la las patitas del peluche, seguí su mirada y, en uno de los dedos de las patitas, se encontraba un anillo plateado, lo tomé y observé, tenia una B grabada y por el reverso decía, "te amo", me lo coloqué en el dedo anular de mi mano derecha.
- Uf, te quedó, que vergüenza hubiera sido regresarlo –
- es hermoso mi amor pero no debiste –
- a un regalo no se le ponen peros –
Cerré mi boca, no iba a hacer que mi novia se enojara este día, guarde mi regalo, excepto el anillo, en mi mochila.
- creo que debemos irnos, no queremos hacer esperar a Natalia –
- si –
Bella y yo viajamos a buen tiempo, al llegar a la universidad vimos un fabuloso mercedes, parecido al de papá, recargado contra el se encontraba Natalia.
Bella PROV
Por lo menos no nos había dejado plantados, ese carro me resultaba familiar, no se por que, me daba la cesación de familiaridad pero lo deje pasar.
Edward y yo caminamos hacia Natalia.
- hola Natalia, ¿Qué tal tu mañana? -
- apacible Bella, bueno, yo iré en mi coche y ustedes me siguen OK –
- esta bien –
Natalia subió a su auto y dio un portazo e seco.
- creo que la elocuencia no es lo suyo –
- Edward, debe tener sus razones para comportarse así –
Seguimos un camino que, por raro que se oyera. Me iba resultando cada vez mas familiar, cada curva, cada vuelta, hasta que vi la razón de la familiaridad, nos estacionamos en el garaje de la mansión Espencer, ahogué un grito, no del todo muy bien ya que Edward se dio cuenta.
- ¿Qué pasa Bella? –
- es la casa de Tanya –
- ¿de que hablas?, es imposible, tal vez te confundiste, hace mucho que no vienes aquí –
- no Edward, yo conozco esta casa a 1000 Km., además, mira hacia la izquierda, ese es el Bittle de Tanya, tan imponente como la casa –
Baje del coche y Edward me tomó de la mano, en señal de apoyo, Natalia se encontraba de espaldas a nosotros, recogiendo cosas de la cajuela de su coche, ya se por que se me hacia tan familiar, ese mercedes era de Tanya, fue su regalo de 15 años, pero, ¿Por qué lo tenia Natalia?.
- Natalia, no quiero ser indiscreta pero –
- este coche le pertenecía a Tanya, lo se, y esta es su casa, también lo se, yo vivo aquí –
Antes de seguir con nuestra platica, Natalia tomó camino hacia la entrada de la casa y nos hizo señas de que la siguiéramos. Entramos a la gran mansión, no había cambiado mucho, sala nueva y cambiaron de color, pero nada fuera de lo normal.
- ¿ISABELLA? –
- hola Tanya –
Tanya PROV
¿Qué hacia aquí?, no tiene sentido, a leguas se notaba que no había todavía la confianza entre nosotros como para que me viniera a visitar.
- ¿Qué haces aquí? –
- relájate primita, vienen conmigo –
- ¿Cómo? –
- Bella y Edward, son mis compañeros en la universidad, vamos a trabajar en equipo, si nos permites –
Pasaron por un lado mío y subieron las escaleras, tuve que portarme lo mas hipócritamente creíble, sonreírles, pero en el momento en que desaparecieron cambie mi mascara de hipocresía por una estupida mueca de ventaja, así que Bella era amiga del bicho raro de Nati, pues como dicen, dios los hace y ellos se juntan, esto esta quedando a pedir de boca, mas censillo no podía ser.
Bella PROV
Entramos a un salón con paredes caoba, era obvio que estaba diseñado para música, sus, no se que serán exactamente los padres de Tanya para Natalia, la querían demasiado, o tal vez solo querían darle comodidades.
- bien, empecemos, Nat, ¿puedo llamarte Nat? –
- es mejor que Nati –
- ¿Quién te dice así? –
- toda mi familia o mejor dicho lo que queda de ella –
- así que Tanya es de tu familia –
- no me digan que no escuchan a los chismosos de la universidad, todo lo que dicen es verdad, vivo con mis tíos por que mis padres murieron en un accidente, solo que nadie sabe quienes son mis tíos, pues ustedes ya lo saben, vayan a regar el chisme y ya –
- nosotros no somos así Nat –
- a por dios, no me vengan con que son un pan de dios y todo eso, no saben lo que es vivir a expensas de otros, que todos sientan lastima por ti –
- pues yo si se lo que se siente –
Edward apretó mi mano como señal de que prosiguiera, sabia que era una historia dolorosa, pero quería que Nat la conociera y supiera que podía seguir haciendo su vida.
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